Sistemas de conductos Medio Mesial: Reporte de un caso

Ago 31 de 2019 0
Importancia del conocimiento adecuado de la raíz y los conductos radiculares.

RESUMEN

El conocimiento adecuado de la raíz , conducto radicular y sus variaciones morfológicas son esenciales para el éxito del tratamiento del sistema de conductos, diversos estudios realizados en molares mandibulares muestran una considerable variabilidad y complejidad en su morfología radicular externa e interna. La presencia de canales adicionales necesitan ser reconocidos con el fin de evitar la incompleta instrumentación y la preservación de las bacterias que pueden comprometer en el resultado del tratamiento, estos canales adicionales requieren una atención especial por parte del profesional en odontología y especialista en endodoncia para proporcionar el éxito del tratamiento.

Palabras Claves: conducto radicular, tratamiento de conducto, endodoncia.

INTRODUCCIÓN

El objetivo principal de la terapia endodóntica es prevenir o curar la periodontitis apical. Desafortunadamente la limpieza y modelado del procedimiento son adversamente afectados por la variable anatomía de conductos radiculares (1).

 El conocimiento exhaustivo de la morfología de la raíz y el conducto radicular es un prerrequisito fundamental para el tratamiento exitoso de conducto radicular. Las raíces accesorias en los molares permanentes mandibulares se han investigado exhaustivos en estudios previos y se puede concluir que la ocasión de esta aberración anatómica varía según la etnia, el género y la asociación con algunas enfermedades (2,5).

El conocimiento exhaustivo de la morfología de la raíz y el conducto radicular es un prerrequisito fundamental para el tratamiento exitoso de conducto radicular. Las raíces accesorias en los molares permanentes mandibulares se han investigado exhaustivos en estudios previos y se puede concluir que la ocasión de esta aberración anatómica varía según la etnia, el género y la asociación con algunas enfermedades (2,5).

La compleja anatomía de las raíces mesiales en la mandíbula los dientes molares han sido ampliamente investigados y presentado en muchos estudios. Este sistema de conducto radicular comúnmente consta de 2 conductos radiculares separados (es decir, mesiobucal y mesiolingual) conectado por un istmo. Diversos estudios han informado la presencia de un canal de la raíz mesial adicional entre los conductos mesiovestibular y mesiolingual denominado canal radicular mesial, mesiocentral o mesial medio. Se ha descrito que los conductos radiculares mesiales medianos tienen un pequeño orificio en el interior del istmo o un surco de desarrollo entre los orificios de los conductos radiculares mesiovestibular y mesiolingual. Estudios previos investigaron la prevalencia de esta variación e informaron una frecuencia que oscila entre 0,26% -46,2%. El rango variado se puede atribuir a las diferentes etnias y edades de los pacientes.

Aunque la etiología del fracaso en el tratamiento endodóntico es multifactorial, la incapacidad para identificar y desbridar todos los canales existentes es una de las principales causas que pueden afectar negativamente un resultado exitoso. Se ha demostrado que existe una fuerte relación entre la presencia de espacio del conducto no tratado y la periodontitis apical. Por lo tanto, se requiere un amplio conocimiento de la anatomía interna del conducto radicular para lograr el objetivo principal del tratamiento endodóntico, que es prevenir o curar la periodontitis apical sin embargo, la variabilidad en el número y la configuración de los canales puede plantear algunos desafíos clínicos y evitar que el clínico logre este objetivo (3).

La raíz mesial de los molares mandibulares presenta comúnmente un mesiovestibular (MBC) y un mesiolingual (MLC); sin embargo, otras configuraciones anatómicas también se han reportado en la literatura (de Pablo, Estevez, Peix Sanchez, Heilborn, y Cohenca de 2010). En 1974, Barker, Parsons, Mills y Williams (1974) y Vertucci y Williams (1974) fueron los primeros autores para demostrar la presencia de un canal adicional e independiente en la raíz mesial de los molares inferiores utilizando la técnica de limpieza. Luego, Pomeranz, Eidelman, y Goldberg (1981) presentado un amplio en vivo estudios que describe su morfología y la gestión clínica. Desde entonces, varios autores han informado de esta variación anatómica que se ha denominado el canal intermedio (Fabra – Campos, 1989), Mesio- Central Canal (Navarro, Lucy, Garcia, y Garcia, 2007), Tercer conducto mesial (Holtzmann, 1997), canal mesial accesorio (Karapinar-Kazandag, Fouad, 2015). En la literatura esta variación anatómica se a encontrado en una frecuencia de porcentaje van desde 0.26% (Kim, Woo y Kim 2013) a 46.15% (1 ,3).

Un número limitado de estudios en vivo han analizado la prevalencia de conductos medio mesiales en el sistema del conducto radicular de molares inferiores. Los resultados reportados varían entre 1% y 25%, sin descripción detallada de la profundidad y la dirección de troughing necesaria para identificar pequeños orificios (1,2).

REPORTE DEL CASO

Paciente Masculino de 32 años de edad acude a la consulta con dolor severo a nivel del tercer cuadrante, refiriendo dolores nocturnos, localizado y que los mismos no calmaban aun tomando analgésicos.

El mismo día de la consulta se diagnostica con pulpitis irreversible sintomática, realizándole en el momento por la colega de turno, una apertura de emergencia y volviéndolo a citar en unos dos días para concluir con el tratamiento de conducto.

Dos días después citado para concluir con el tratamiento se decide colocar anestesia, aislamiento absoluto y remoción del material provisorio; llegando a techo y observando la apertura parcial que le habían realizado en el momento tratamos de hacer una proyección espacial hacia el interior de la cámara pulpar e imaginándonos la forma de la apertura y la localización de los conductos (Fig.1).

 En la radiografía de diagnóstico podemos visualizar el material provisorio tamaño de la cámara pulpar, amplitud de los conductos y grado de curvatura. (Fig. 1)

Con una fresa redonda se remueve parte del techo y con una fresa tipo Endo z se realiza el desgaste compensatorio y regularización de paredes (Fig. 2 y Fig. 3).

 Con una buena apertura se decide proceder a la localización, permeabilización y acceso de los primeros tercios superiores radiculares con instrumentos rotatorios S1 Protaper universal abundante irrigación entre instrumento e instrumento (Fig. 4).

Obtenida la longitud de trabajo y concluida la preparación de conductos MB y ML con una punta de ultrasonido que podrían ser diamantadas o multilaminadas vamos a realizar un desgaste entre los orificios de entrada de los conductos mesiales no más de 2 mm de profundidad (Fig. 5).

Una vez realizado el procedimiento en la figura anterior con lupas de aumento ,ácido cítrico y una lima de la serie especial 08 K exploramos en la muesca dejada por el desgaste anterior con la punta del ultrasonido ingresando con movimientos horario y antihorario con ligera presión hacia apical obteniendo una permeabilización y aumentando el calibre de los instrumentos hasta una 15 K y abundante irrigación , concluimos la preparación final con un instrumento wave one gold small (Fig. 6).

Fig. Nro. 1 Apertura de emergencia unos días antes (izquierda). Proyección e imaginación de la posible entrada y localización de conductos.

Fig. Nro. 2 Fresa redonda para la apertura sensación de caída al vacío.

 

Fig. Nro. 3 Fresa tipo EndoZ para desgaste compensatorio y regularizar paredes.

Texto original tomado de Plus Odontología Magazine.

Fuente: Pulsodontologia.com

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